En una bolsa bien cerrada (para evitar malos olores) y, si es posible, en horario nocturno. No hay restricción en el tipo de bolsa pero la recomendación es que sea de material biodegradable.
Al separar de este modo, la cantidad de residuos de la fracción resto es menor, disminuyendo la carga de desechos que van al vertedero y aumentando, por tanto, su vida útil. Del mismo modo, el residuo que acaba en el vertedero es más estable, facilitando su gestión, y es menos contaminante al no tener carga orgánica y generar menos lixiviado.